Borges y sábados
Epístola 9
Dejaré esta
carta cura aquí por si algún día tus ojos se ven caminando de nuevo por
mis versos. Sé que hay un billón de
páginas de internet pero esta es la mía y quizás algún día tus ojos se topen
con este blog. Por eso seguiré escribiéndote para que no estemos tan lejos.
Escribiré
Borges y sábados pero hoy no es sábado hoy es viernes, viernes es primero que
sábado. tú me concedías los viernes que están siempre antes que los sábados.
Sábados era
uno de tus poemas favoritos de Borges. aún recuerdo cuanto estaba en tu
computadora y tenías de favorito este poema el cual entre a leer mientras tu
pensabas en tu interior que no lo leyera, pero sabes que a mí también me
encanta Borges.
sábados
Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
La tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.
A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Esta en ti la ventura
como la primavera en la hoja nueva.
Ya casi no soy nadie,
soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.
En ti esta la delicia
como esta la crueldad en las espadas.
Agravando la reja esta la noche.
En la sala severa
se buscan como ciegos nuestras dos soledades.
Sobrevive a la tarde
la blancura gloriosa de tu carne.
En nuestro amor hay una pena
que se parece al alma.
Tú
que ayer solo eras toda hermosura
eres también todo amor, ahora.
J.L. Broges.
Diarios de Hojas Sueltas. sábado 21 abril 2018.
ODRADEK
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