KAFKA SOBRE LOS PERSONAJES DE DOSTOIEVSKY


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LLUVIA.

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Ahora la lluvia despierta lo mejor de mí, No es que tú no lo hayas hecho Pero ahora quiero contar una historia diferente, No necesito que digas “lo siento” Con que me mires a los ojos está bien. Con el tiempo recordaras algo de mí Aunque sea solo un poquito,   Aunque sea solo lo malo que hice. Quizás escuché mal que me amabas, Quizás le di demasiando tiempo al tiempo. Nunca he sido una chica sabia, Ni pretendí serlo ante ti, Estabas esperando algo diferente Y yo no lo soy, no lo seré. Solo soy como esta lluvia, Me deprimo con cada canción que escucho, Con cada silencio que escribo, Al final no pretendí ser tu contraparte Solo esperaba la promesa de un tal vez. @Josephine_3
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EL AMOR MODERNO.

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“La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco”.    Platón. una afrenta  a este texto que circula por ahí en las redes sociales.  Si yo Siento y se lo tengo que contar a todo el mundo es resignación, lo único importante es que yo lo pueda sentir y listo. Si lo siento ¿para que se lo tengo que contar a los demás?, ¿para que se lo tengo que contar a la persona por la que siento tales cosas? A la persona que quiero ¿para qué le tengo que decir que la quiero? si las palabras alejan, las palabras matan, las palabras dividen, las palabras espantan, las palabras nos limitan. Sí yo lo sé que lo siento y lo puedo sentir ¿para que lo tengo que expresar? cuando materializas algo con palabras pierde valor porque las palabras son de la mente y la mente es limitada. si tú le dices a alguien que lo quieres estarías siendo necesitado y el amor es todo menos necesidad. Te quiero pero no te lo digo porque   eso...
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Cuándo Es Bueno Y Sano Tener Esperanzas.

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Extracto de  “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO” de VÍCTOR FRANKL   páginas 79. 80. 81 …El prisionero que perdía la fe en el futuro —en su futuro— estaba condenado. Con la pérdida de la fe en el futuro perdía, asimismo, su sostén espiritual; se abandonaba y decaía y se convertía en el sujeto del aniquilamiento físico y mental. Por regla general, éste se producía de pronto, en forma de crisis, cuyos síntomas eran familiares al recluso con experiencia en el campo. Todos temíamos este momento no ya por nosotros, lo que no hubiera tenido importancia, sino por nuestros amigos. Solía comenzar cuando una mañana el prisionero se negaba a vestirse y a lavarse o a salir fuera del barracón. Ni las súplicas, ni los golpes, ni las amenazas surtían ningún efecto. Se limitaba a  quedarse allí, sin apenas moverse. Si la crisis desembocaba en enfermedad, se oponía a que lo llevaran a la enfermería o hacer cualquier cosa por ayudarse. Sencillamente se entregaba. Y allí se quedaba te...
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